El año pasado, durante 2º de Bachillerato, empecé a ir a la Academia Conde Orgaz porque necesitaba mejorar mi nota media, y varios conocidos me habían recomendado esta academia por su método de enseñanza, así que me acerqué e hice mi matrícula.

Me apunté a clases de química, que era lo que peor llevaba, y en poco tiempo comenzaron a notarse mejoras en mi forma de estudiar, gracias a las pautas que me dio Marta, la profe, y que se vieron reflejadas en las notas en el colegio. Pasé de aborrecer la química a terminar cogiéndole el gustillo. Después en junio, seguí en la academia con el intensivo de selectividad, donde no solo nos ayudaban a estudiar y nos resolvían todas las dudas, sino que encontramos el apoyo y el impulso que nos faltaba día a día para conseguir nuestros objetivos en esos días tan agobiantes de selectividad. Solo os diré que subí mi media dos puntos con respecto a la media de bachillerato. Y como aquello ya era como mi segunda casa por todo el tiempo que había pasado durante el curso, fui otro mes más de verano para no echarles de menos y preparé selectividad para subir nota.

En definitiva, fui allí a buscar apoyo para el colegio, y no solo encontré eso, sino que encontré confianza y ayuda pues no solo se implican en el ámbito académico, también en el personal.

Así que si tenéis problemas con alguna asignatura ya sabéis a donde tenéis que ir, veréis que merece la pena. Yo todavía sigo pasándome por allí a ver a los profesores y pasar un buen rato.